Comentario
Del pueblo de Tiaguanaco y de los edificios tan grandes y antiguos que en él se ven
Tiaguanaco no es pueblo muy grande, pero es mentado por los grandes edificios que tiene, que cierto son cosa notable y para ver. Cerca de los aposentos principales está un collado hecho a mano, armado sobre grandes cimientos de piedra. Más adelante deste cerro están los ídolos de piedra del talle y figura humana, muy primamente hechos y formadas las faiciones; tanto, que paresce que se hicieron por mano de grandes artífices o maestros; son tan grandes que parescen pequeños gigantes, y vese que tienen forma de vestimentas largas, diferenciadas de las que vemos a los naturales destas provincias; en las cabezas paresce tener su ornamento. Cerca destas estatuas de piedra está otro edificio, del cual la antigüedad suya y falta de letras es causa para que no se sepa qué gentes hicieron tan grandes cimientos y fuerzas y que tanto tiempo por ello ha pasado, porque de presente no se ve más que una muralla bien obrada y que debe de haber muchos tiempos y edades que se hizo; algunas de las piedras están muy gastadas y consumidas, y en esta parte hay piedras tan grandes y crescidas que causa admiración pensar cómo siendo de tanta grandeza bastaron fuerzas humanas a las traer donde las vemos; y muchas destas piedras que digo están labradas de diferentes maneras, y algunas dellas tienen forma de cuerpos de hombres, que debieron ser sus ídolos; junto a la muralla hay muchos huecos y concavidades debajo de tierra; en otro lugar más hacia el poniente deste edificio están otras mayores antiguallas, porque hay muchas portadas grandes con sus quicios, umbrales y portaletes, todo de una sola piedra. Lo que yo más noté cuando anduve mirando y escribiendo estas cosas fue que destas portadas tan grandes salían otras mayores piedras, sobre que estaban formadas, de las cuales tenían algunas treinta pies en ancho, y de largo quince más, y de frente seis, y esto y la portada y sus quicios y umbrales era una sola piedra, que es cosa de mucha grandeza, bien considerada esta obra, la cual yo no alcanzo ni entiendo con qué instrumentos y herramientas se labró, porque bien se puede tener que antes que estas tan grandes piedras se labrasen ni pusiesen en perfeción mucho mayores debían estar para las dejar como las vemos, y nótase por lo que se ve destos edificios que no se acabaron de hacer, porque en ellos no hay más que estas portadas y otras piedras de extraña grandeza, que yo vi labradas algunas y aderezadas para poner en el edificio, del cual estaba algo desviado un retrete pequeño, donde está puesto un gran ídolo de piedra en que debían de adorar, y aun es fama que junto a este ídolo se halló alguna cantidad de oro, y alrededor deste templo había otro número de piedras grandes y pequeñas, labradas y talladas como las ya dichas.
Otras cosas hay más que decir deste Tiaguanaco, que paso por no detenerme, concluyendo que yo para mí tengo esta antigualla por la más antigua de todo el Perú; y así, se tiene que antes que los ingas reinasen, con muchos tiempos, estaban hechos algunos edificios destos; porque yo he oído afirmar a indios que los ingas hicieron los edificios grandes del Cuzco por la forma que vieron tener la muralla o pared que se ve en este pueblo; y aun dicen más: que los primeros ingas platicaron de hacer su corte y asiento della en este Tiaguanaco. También se nota otra cosa grande, y es que en muy gran parte desta comarca no hay ni se ven rocas, canteras ni piedras donde pudiesen haber sacado las muchas que vemos, y para traerlas no debía de juntarse poca gente. Yo pregunté a los naturales, en presencia de Juan Varagas (que es el que sobre ellos tiene encomienda), si estos edificios se habían hecho en tiempo de los ingas, y riéronse desta pregunta, afirmando lo ya dicho, que antes que ellos reinasen estaban hechos, mas que ellos no podían decir ni afirmar quién los hizo, mas de que oyeron a sus pasados que en una noche remaneció hecho lo que allí se vía. Por esto, y por lo que también dicen haber visto en la isla de Titicaca hombres barbados y haber hecho el edificio de Vinaque semejantes gentes, digo que por ventura pudo ser que antes que los ingas mandasen debió de haber alguna gente de entendimiento en estos reinos, venida por alguna parte que no se sabe, los cuales harían estas cosas, y siendo pocos, y los naturales tantos, serían muertos en las guerras. Por estar estas cosas tan ciegas podemos decir que bienaventurada la invención de las letras, que con la virtud de su sonido dura la memoria muchos siglos y hacen que vuele la fama de las cosas que suceden por el universo, y no ignoramos lo que queremos teniendo en las manos la letura; y como en este Nuevo Mundo de Indias no se hayan hallado letras, vamos a tino en muchas cosas. Apartados destos edificios están los aposentos de los ingas y la casa donde nasció Mango inga, hijo de Guaynacapa, y están junto a ellos dos sepulturas de los señores naturales deste pueblo, tan altas como torres anchas y esquinadas; las puertas, al nascimiento del sol.